Presentación a la clase

Muestra 1

Muestra 2

Muestra 3

Autoevaluación y Plan de acción

domingo, 22 de diciembre de 2019

Punto de partida




Creencias iniciales

Mi nombre  es Lázara Fleitas Pentón y soy cubana. Nací y viví en Cuba hasta los diez años, momento en el que me mudé a Puerto Rico junto a mi madre y mis hermanos. El abandonar mi patria y familia a esta corta edad, no fue un proceso fácil de asimilar en un principio. Tuve que enfrentarme a una nueva cultura, sistema social y de educación, junto con el gran reto de aprender inglés. Mi rechazo a este idioma fue mi inmaduro método de rebeldía, por todas las cosas que estaban cambiando a mi alrededor. Mi aceptación con dicho idioma llegó cuando mi enajenación se convirtió en un obstáculo laboral.  Mi repentino interés surgió de la necesidad de superar las barreras impuestas por mí y la necesidad comunicarme en el entorno laboral.


El título de emigrante marcó un antes y después en mi desarrollo, al permitirme apreciar las oportunidades que se han presentado en mi camino y el sacrificio de mis padres. Provengo de una familia pequeña en la cual la imagen de mi madre trabajando sin descanso al igual que la de mi padre (desde Cuba) siempre han sido el aliciente para dar lo mejor de mí y luchar por aquellas cosas que deseo obtener.  


Poseo un bachillerato en literatura hispanoamericana de la Universidad Interamericana de Puerto Rico junto a una licenciatura en educación. La cual me permitió profundizar en en los estudios literarios de mi lengua materna. Descubrir sus obras cumbres y la relevancia histórica y estilísticas de sus autores. Nunca pensé en ser maestra pero los azares del destino tenía otros planes para mí. La literatura y la redacción han sido dos de mis grandes pasiones y a eso me deseaba dedicar una vez me graduara de bachillerato.  En medio de mis estudios se me presentó la oportunidad de cubrir una maternidad en una escuela privada en Puerto Rico y decidí intentarlo. Desde ese momento supe, que el magisterio, era la ruta que debía seguir. Realicé una certificación en diseño curricular en español con integración en arte y tecnología, al igual que todos los cursos de la maestría en Creación Literaria de la Universidad del Sagrado Corazón; que desafortunada no pude terminar. 



Tengo diez años de experiencia en el campo de la educación como profesora de español para estudiantes de escuela intermedia y secundaria. Trabajé durante siete años en diversas escuelas privadas en Puerto Rico, impartiendo clases de castellano como primer idioma y llevo tres años en la Florida, enseñando castellano como segundo idioma. Toda una experiencia que me ha acercado profundamente a mi idioma y a sus múltiples facetas. Una de las experiencias formativas que me marcaron fue el explicarle a mis estudiantes de ELE el uso y las reglas de los pronombres de objeto directo e indirecto del español, en inglés. Muchos de ellos no recordaban o desconocían cómo reescribir una oración utilizando los pronombres. Tuve que explicarles desde lo más básico, la metodología de su uso en la gramática de su L1 para posteriormente poder explicarla y aplicarla en el idioma español. Uno de los comentarios que más gratificación me da,  al final del año, es que en mi clase aprenden más gramática (y la entienden) que en años anteriores. 







La enseñanza del Español como lengua extranjera o ELE la concibo como un puente hacia la aceptación y el desarrollo de la curiosidad en el alumno. Uno de los grandes problemas que enfrenta nuestra sociedad es el miedo a lo desconocido,  y ese miedo, lleva a muchos en su desconocimiento, al odio y la intolerancia. A través del idioma, se pueden disipar esas barreras al brindar los artilugios necesarios para comprender a las otras personas. Permitiéndoles escuchar otros puntos de vista y exponer los suyos, experimentar su cultura o sus creencias y tal vez no aceptarla pero sí respetarla.  Clave fundamental para la convivencia pacífica de toda sociedad. 



Los profesores deben ser los instigadores de la curiosidad y el conocimiento en la vida de los estudiantes. Debemos plantearles situaciones e ideas que ellos sean capaces de desarrollar, establecer tópicos que los incomoden, en los que ellos sean capaces de expresarse y a la misma vez escuchar a otros y a sí mismos. Debemos transmitir nuestro conocimiento de una forma dinámica y clara que responda las dudas y no las cree. Como maestra siempre estoy buscando nuevas formas de reinventarme, integrar la tecnología y acercar el idioma a la vida diaria de mis  estudiantes. Y ofrecerles la oportunidad de apoderarse de su conocimiento y utilizarlo sin miedo en su interacción fuera del salón de clases. 




Necesidades de formación


De mi experiencia como educadora uno de mis mayores retos ha sido como aprender a enseñar la lengua desde un segundo idioma. No es lo mismo enseñar a niños que tienen dominio del idioma que a aquellos que la están aprendiendo. He tenido que educarme en todos los términos de gramática que conozco en español a su nombre en inglés, para poder explicar lógicamente, sus funciones y uso a aquellos estudiantes que están adquiriendo la lengua y no profundizando su conocimiento en ella. Este proceso ha sido lento y arduo, aunque gratificante a la misma vez. Me ha obligado a detenerme y tomar conciencia sobre los elementos más básicos de la gramática y  que anteriormente daba por sentados. 





Afortunadamente cuento con los recursos necesarios para que mis estudiantes tengan disponibles las herramientas que necesitan en su aprendizaje. Trabajo en una escuela privada y la integración tecnológica es esencial en el currículo educativo de la institución. El fácil acceso a la tecnología puede ser muy beneficio, pero también, un elemento distractor cuando el estudiante no cuenta con la madurez para controlar su uso (once, doce y trece años). 



Uno de las dudas que continuamente tengo sobre mi formación es cuánto inglés y cuánto español se debe hablar en las clases cuando se está en el nivel más básico del aprendizaje de la lengua. La cantidad varía según la persona a la que le pregunte y nunca he encontrado un balance en la respuesta. Actualmente enseño los dos polos opuestos dentro de la misma materia. Imparto clases de español para estudiantes nativos y de herencia (primera generación de inmigrantes) niveles dos y tres al igual que español uno (para estudiantes que están adquiriendo el idioma por primera vez). La metodología para ambas clases es completamente diferente en una (nativos) se habla cien por ciento en español y todos sus elementos están centrados en el desarrollo analítico y expansión del vocabulario. No solo se estudia la gramática, sino la literatura y el discurso, se analizan diversos medios y se fomenta la discusión y redacción en el estudiante. Por el otro lado la clase de nivel más básico (español uno) trabaja la adquisición de vocabulario, el estudio de la gramática y diversos elementos culturales aislados entre sí. El currículo de esta clase está centrado en el vocabulario y la gramática y por tal razón, gran parte de ella tiene que ser impartida en inglés para poder explicar las reglas que componen el idioma. ¿Cuán beneficioso puede ser para mis estudiantes el que la clase sea así? O ¿Cuán beneficioso podría ser el que la gran mayoría de ella sea en el idioma estudiado? Desearía poder integrar la comunicación oral y el estudio de la cultura de una forma más orgánica en mis clases y que no esté saturada de conceptos gramaticales. 




El experimentar como mis estudiantes comprenden el material que les enseño y su entusiasmo a la hora de aprender es una de las mejores experiencias positivas que he tenido. El ver como cambia su  resistencia al idioma o desinterés en general por la curiosidad hacia la música o tradiciones que estudiamos o los elementos de la gramática son pequeñas victorias que celebro junto a una buena taza de café. Disfruto crear actividades en las que todos se puedan sentir identificados, integrar las inteligencias múltiples y representar de forma visual los elementos que enseño. Uno de los logros que he obtenido durante mi experiencia enseñando ELE ha sido establecer el programa de español para nativos que no existía en la escuela. El currículo que la escuela tenía era para estudiantes que no hablaban español y no tenían en consideración en los niveles iniciales (séptimo, octavo y noveno) a aquellos que ya lo hablaban. Tuve que plantear la desventaja en la que este grupo estudiantil se encontraba al no brindarles la oportunidad de expandir su conocimiento y solo malgastar su tiempo con material e información que ya conocían desde sus hogares. Para poder obtener la aprobación en el 2018-2019 para  “Spanish 2 Native Speakers” y 2019-2020 “Spanish 3 Native Speakers” tuve que diseñar el currículo académico que las clases seguirán al igual que las lecturas a estudiar, los elementos de redacción, ortografía y gramática. Actualmente estoy trabajando en la continuación de dicha clase no en su diseño pero sí en su implementación. Estas dos clases consumen una gran porción de mi tiempo libre pero sé que al final todo el trabajo valdrá la pena. 




Expectativas de formación 
¿Qué espero obtener de este curso de formación? Es una pregunta tan básica y a la misma vez tan complicada de responder. Por un lado deseo obtener finalmente mi título de maestría, ya que previamente cursé una maestría en creación literaria pero no pude completar la tesis por motivos personales y el cierre del programa. Y por el otro, espero explorar la metodología y estudiar la forma correcta de la enseñanza de ELE. Descubrir nuevas vertientes educativas que motiven a mis estudiantes y a mí. Disponer de herramientas dinámicas que los lleven a querer descubrir más sobre los lugares que estamos estudiando, y visitarlos en un futuro. Seleccionar un libro en español por el simple hecho de practicar el idioma y a la misma vez descubrir qué libros puedo utilizar en mis clases (según el nivel) para lograr esto. 


Como metas y objetivos de formación deseo poder establecer un balance entre el inglés y el español que se habla en la clase. Descubrir las nuevas vertientes y recursos que pueden ser beneficiosos para mis estudiantes. Crear un balance entre todos los elementos que enseño y brindarles la oportunidad a mis alumnos a ser creativos y proactivos en su aprendizaje.  



Mis metas profesionales están ligadas a mi filosofía educativa y personal. Siempre les digo a mis chicos que en mis clase nadie se rinde y aunque el día se vea oscuro detrás de las nubes siempre brilla el sol. Quiero ser un ejemplo para ellos y para mis dos hijos. Demostrarles que nunca es tarde para perseguir tus sueños, no importa que se tengan que despertar a las tres de la mañana varias veces a la semana para lograrlo. Una vez complete la maestría mis planes son obtener mi grado doctoral y publicar mi primer libro para jóvenes adultos. 


Mi formación en la maestría (y posteriormente doctoral) deseo enfocarlas en la integración curricular con las artes, la música, el cine y la literatura. Entremezclar el aprendizaje del idioma con estos elementos para establecer una conexión emocional con la lengua y que no sea, para mis estudiantes, solo aprender palabras y reglas. 

Una foto vale más de mil palabras



Enseñar idiomas puede ser una tarea complicada dependiendo de las circunstancias en las que el estudiante se encuentre y las motivaciones que lo lleven a adquirirlo. Pero, para que los alumnos puedan lograr su objetivo es necesario que tengan compromiso, deseo y determinación hacia su propio aprendizaje. Si se comienza el estudio de esta forma el proceso de adquisición de la lengua resulta orgánico y no una asignatura impuesta por el sistema educativo. 



Comencé impartiendo clases en Puerto Rico donde el español se estudia como primer idioma y una vez que me mudé a Florida tuve que modificar mi metodología educativa al igual que la forma en que veía la enseñanza. Mi situación es una particular, debido al ambiente educativo en el que me encuentro. Soy profesora en una escuela privada donde la competencia académica es la motivación de muchos estudiantes para sobresalir y dar el máximo de sus habilidades. A parte de esto,  mis alumnos provienen de una gran diversidad cultural (latinos de segunda o tercera generación, estadounidenses, rusos, chinos, brasileños, africanos, japoneses, coreanos, hindúes, francés y alemanes, entre otros). El español para muchos de ellos no es su segundo idioma, es su tercer o hasta cuarto, lo que hace que su aprendizaje sea en muchos sentidos más fácil y complicado a la vez. 



El idioma, no solo el español, se debe aprender desde un punto de vista objetivo y subjetivo. Es necesario enseñar las reglas de gramática y el vocabulario a los estudiantes, pero a la misma vez es importante que comprendan los componentes culturales que definen dicho lenguaje. En especial cuando los países latinoamericanos pueden ser tan diversos en su léxico y en la forma en la que lo utilizan. Considero que es importante que los estudiantes entiendan la razón, detrás de la norma que están aprendiendo y a la misma vez cómo la palabra va cambiando a medida que se mueven de país en país. Esto los acerca lógicamente al idioma y les brinda las herramientas para establecer una base en su conocimiento. 



Comprender y aceptar la elasticidad de una lengua cuando se está aprendiendo no solo es beneficioso en el aprendizaje de esta, sino que establece las bases para tener empatía hacia la globalización en que vivimos. No tenemos que estar de acuerdo con algo o aceptarlo,  pero debemos respetarlo para convivir en paz y armonía. Ya que conocer de la literatura, el arte, las costumbres y disfrutar de la gastronomía es una de las formas en que los estudiantes pueden conectarse al lenguaje a un nivel personal y no solo memorizar palabras que carecen de emoción dentro del panorama intrínseco que es la lengua española.  


Todos los comentarios obtenidos a través de la observación de mi imagen coinciden en que la cultura es un elemento importante para mí al igual que el respeto hacia la diversidad y la aceptación entre todos como individuos. Resaltaron la importancia de estudiar y explorar todos los aspectos culturales de un lugar y nos solo su literatura. Estudiar el arte como medio de expresión, la gastronomía como vínculo con la familia, la música como enlace entre la modernidad y las raíces y la lengua como ancla geográfico, ya que puede ser muy variada según la región en que se encuentre.  Ese es el mensaje que deseo transmitir a través de mi imagen y cada una de las personas que comentaron lograron captarlo. En lo único que no coinciden con mi visión es que la cultura no es el centro del aprendizaje o el elemento más importante a la hora de estudiar el idioma. La cultura para mí es una herramienta para conectar con la lengua para impartir sentido y emoción pero de igual importancia lo es el vocabulario y estudiar la gramática. Es necesario acercarse al idioma con estos tres elementos equitativamente para obtener estudiantes motivados y receptivos en el salón de clase.