Enseñar idiomas puede ser una tarea complicada dependiendo de las circunstancias en las que el estudiante se encuentre y las motivaciones que lo lleven a adquirirlo. Pero, para que los alumnos puedan lograr su objetivo es necesario que tengan compromiso, deseo y determinación hacia su propio aprendizaje. Si se comienza el estudio de esta forma el proceso de adquisición de la lengua resulta orgánico y no una asignatura impuesta por el sistema educativo.
Comencé impartiendo clases en Puerto Rico donde el español se estudia como primer idioma y una vez que me mudé a Florida tuve que modificar mi metodología educativa al igual que la forma en que veía la enseñanza. Mi situación es una particular, debido al ambiente educativo en el que me encuentro. Soy profesora en una escuela privada donde la competencia académica es la motivación de muchos estudiantes para sobresalir y dar el máximo de sus habilidades. A parte de esto, mis alumnos provienen de una gran diversidad cultural (latinos de segunda o tercera generación, estadounidenses, rusos, chinos, brasileños, africanos, japoneses, coreanos, hindúes, francés y alemanes, entre otros). El español para muchos de ellos no es su segundo idioma, es su tercer o hasta cuarto, lo que hace que su aprendizaje sea en muchos sentidos más fácil y complicado a la vez.
El idioma, no solo el español, se debe aprender desde un punto de vista objetivo y subjetivo. Es necesario enseñar las reglas de gramática y el vocabulario a los estudiantes, pero a la misma vez es importante que comprendan los componentes culturales que definen dicho lenguaje. En especial cuando los países latinoamericanos pueden ser tan diversos en su léxico y en la forma en la que lo utilizan. Considero que es importante que los estudiantes entiendan la razón, detrás de la norma que están aprendiendo y a la misma vez cómo la palabra va cambiando a medida que se mueven de país en país. Esto los acerca lógicamente al idioma y les brinda las herramientas para establecer una base en su conocimiento.
Comprender y aceptar la elasticidad de una lengua cuando se está aprendiendo no solo es beneficioso en el aprendizaje de esta, sino que establece las bases para tener empatía hacia la globalización en que vivimos. No tenemos que estar de acuerdo con algo o aceptarlo, pero debemos respetarlo para convivir en paz y armonía. Ya que conocer de la literatura, el arte, las costumbres y disfrutar de la gastronomía es una de las formas en que los estudiantes pueden conectarse al lenguaje a un nivel personal y no solo memorizar palabras que carecen de emoción dentro del panorama intrínseco que es la lengua española.
Todos los comentarios obtenidos a través de la observación de mi imagen coinciden en que la cultura es un elemento importante para mí al igual que el respeto hacia la diversidad y la aceptación entre todos como individuos. Resaltaron la importancia de estudiar y explorar todos los aspectos culturales de un lugar y nos solo su literatura. Estudiar el arte como medio de expresión, la gastronomía como vínculo con la familia, la música como enlace entre la modernidad y las raíces y la lengua como ancla geográfico, ya que puede ser muy variada según la región en que se encuentre. Ese es el mensaje que deseo transmitir a través de mi imagen y cada una de las personas que comentaron lograron captarlo. En lo único que no coinciden con mi visión es que la cultura no es el centro del aprendizaje o el elemento más importante a la hora de estudiar el idioma. La cultura para mí es una herramienta para conectar con la lengua para impartir sentido y emoción pero de igual importancia lo es el vocabulario y estudiar la gramática. Es necesario acercarse al idioma con estos tres elementos equitativamente para obtener estudiantes motivados y receptivos en el salón de clase.
No hay comentarios:
Publicar un comentario